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El bien y el mal, la luz y la oscuridad, la vida y la muerte, el día y la noche, lo femenino y lo masculino... Aunque se perciban como opuestos, no pueden existir el uno sin el otro, creando un ciclo interconectado que se sucede infinitamente. De esta idea surge el símbolo del Yin y el Yang, representando la complementariedad entre lo aparentemente contrario.
La serpiente ejemplifica esta dualidad; a pesar de sus connotaciones negativas, también ha sido vista como símbolo de sabiduría, fertilidad y curación. Al igual que el Yin y el Yang, las serpientes representan ciclos de transformación y renovación gracias a su habilidad única para mudar de piel.
Inspirados en esta relación, hemos creado este diseño acompañado de caracteres chinos que expresan: 'Siempre hay algo bueno en lo malo y algo malo en lo bueno. Acepta ambos aspectos de ti mismo y sé libre'.
